García Urbano ni
tan siquiera se digna en responder a la familia. Por supuesto tampoco lo hace
al PSOE
El grupo municipal socialista presentará en la próxima
sesión plenaria, prevista para este jueves, una moción para que el alcalde
“revoque la decisión que ha tomado de incorporar a una persona con discapacidad
en el ERE incumpliendo un acuerdo de pleno del año 1994 que se adoptó por
unanimidad”.
De esta manera la socialista, Cristina Rodríguez, se
refiere a la incorporación en el ERE de un empleado municipal de la brigada de
Fiestas que, según se recoge en el acta del pleno celebrada el 24 de marzo de
1994 y en el acuerdo de la Comisión de Gobierno de 12 de noviembre de 1993, con
tan sólo ocho años “jugando en la vía pública en la plaza Fuerzas Armadas, en
las inmediaciones de su vivienda, en la tarde del 10 de septiembre de 1990, se
clavó en el ojo derecho un alambre que estaba desprendido del jardín público
existente en el lugar, a consecuencia de lo cual el niño ha perdido la visión
del ojo”.
En el acuerdo de pleno de ese año se refleja que la
madre del menor “considera que el ayuntamiento es responsable del daño sufrido
por su hijo, dado que este daño es consecuencia del funcionamiento anormal de
un servicio municipal, cual es el servicio de jardines, al encontrarse roto el
alambre de cerramiento del jardín e invadir la vía pública”.
Se asegura además, que “esta situación constituye un
riesgo para los niños que juegan en el lugar, y el ayuntamiento, como causante
de ese riesgo, debe asumir y responder de los daños que se deriven del mismo.
Manifiesta, asimismo, que no ha reclamado al ayuntamiento ni por la pérdida del
ojo, en la esperanza de que se curase bien y sin consecuencias para su hijo;
pero, teniendo en cuenta que dichos gastos continúan produciéndose y que la
pérdida de visión es irrecuperable, ha resuelto solicitar del ayuntamiento que,
en compensación de los daños causados proporcione a su hijo un empleo, cuando
cumpla la mayoría de edad, que sea compatible y adecuado a su minusvalía, y le
conceda beca para los estudios que pueda cursar, puesto que en esta situación
le va a ser muy difícil el día de mañana conseguir un trabajo que no constituya
un peligro para la integridad del otro ojo”.
Ante esta situación el ayuntamiento, en la sesión del
24 de marzo de 1994, acordó por unanimidad reiterar a la familia “su
pesar por el desgraciado accidente y ayudarle en la medida de lo posible para
que, una vez que el hijo Jorge cumpla los dieciocho años, se le emplee en este
ayuntamiento dentro de las posibilidades legales y de acuerdo con las aptitudes
que tenga”.
La edil socialista, Cristina Rodríguez, ha recordado
que hace más de un mes y medio que realizamos una comparecencia en la
secretaría municipal y el señor alcalde “ni tan siquiera se ha dignado a
respondernos sobre este particular. Lo mismo, por desgracia, está haciendo con
esta familia que ni tan siquiera tiene la oportunidad de trasladarle al primer
edil los motivos por los que exige una explicación”.
“Ante esta actitud, repetitiva y habitual en el señor
García Urbano, elevaremos una moción al pleno de la corporación en el capítulo
de asuntos urgentes. La nula sensibilidad del señor García Urbano con el
colectivo de personas con discapacidad ha quedado más que evidente en este
triste año y medio”, asegura Rodríguez.
Por último, la edil recordó que García Urbano
incluyó en su "particular despido colectivo" a una discapacitada
severa, con un 69% de grado de minusvalía, trabajadora social, casada y con
hijos a su cargo.
También se incluyó en el ERE a un conserje de
colegios, de 52 años, con la calificación de incapacidad permanente total,
divorciada, con hijos a su cargo, y con hipoteca y a una auxiliar
bibliotecaria, con grado de discapacidad del 35 por ciento.
Otras tres discapacitadas, con grados del 55%, 39% y
39%, respectivamente, han sido también despedidas. Y la lista de personas con
discapacidad “eliminadas" la cierra una empleada con un grado de
discapacidad severa del 77%, que se desplaza en sillas de ruedas, y que venía
desempeñando sus funciones como telefonista.